Semana: Abril 5 al 11 de 2010

Lunes
5 de abril del 2010

Resurgir


Actúo siguiendo los deseos de mi corazón.

A veces me pregunto: ¿He logrado mis anhelos y sueños? ¿Estoy dónde quiero estar? Cualquier descontento que siento con mis circunstancias presentes puede ser un indicio de que debo despertar los deseos que se han quedado dormidos y prestar atención a los ideales de mi corazón.

Quizás he de demostrar mi creatividad, viajar a lugares lejanos o servir a Dios y a los demás. Exploro mis inquietudes y considero nuevas posibilidades. Mi alma se enaltece a medida que expando mis horizontes.

Permanezco flexible y no me limito por lo que piense que puedo hacer o no. El Espíritu morador provee todo lo que necesito para satisfacer los anhelos de mi alma.

Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: "Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido".—Lucas 15:9

Martes
6 de abril del 2010

Capaz


Me unifico con el poder de Dios en mí.

Cuando soy uno con Dios me alineo con Su propósito para mí. Nada puede interponerse entre mi gozo y yo. Soy un ser divino, bendecido con dones maravillosos; los cuales me ayudan a superar cualquier reto de manera que pueda vivir mis sueños.

En mí yace el poder del amor divino. Este amor disuelve cualquier obstáculo, sana cualquier condición, vence cualquier inequidad. Soy capaz de expresar mi potencial dado por Dios y hacer de este mundo un lugar mejor.

Tengo el valor y la gracia para enfrentar cualquier situación en mi vida y triunfar. Comparto mi éxito con mis amigos y mis seres queridos, y los ayudo a descubrir su propio poder interno.

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.—2 Timoteo 1:7

Miércoles
7 de abril del 2010

Curación


Cada célula de mi cuerpo irradia vitalidad.

Myrtle Fillmore, cofundadora de Unity, afirmó: "Soy una hija de Dios, por lo tanto no heredo enfermedad". Utilizando dicha afirmación ella venció la tuberculosis. Yo, también, soy un hijo o una hija de Dios y no he heredado enfermedad. Tampoco he heredado la duda, la escasez o la negatividad. Mi herencia es fortaleza, sabiduría, esperanza y vitalidad.

Durante mis momentos en el silencio, tomo conciencia de la vitalidad en cada parte de mi cuerpo. Afirmo para cada órgano y célula: "Soy saludable. El espíritu de amor, luz y curación fluye en mí ahora". Soy bendecido por este conocimiento y por las oraciones de quienes afirman salud y perfección para mí.

Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad.—Marcos 5:34

Jueves
8 de abril del 2010

Centrado

Estoy centrado en el momento presente.

El momento presente puede eludirme fácilmente. Cada vez que mi mente salta al futuro o al pasado, dejo de disfrutar del aquí y del ahora. Al permanecer centrado en el momento presente, siento gratitud, calma y paz.

Al concentrarme en mi respiración, me vinculo con el Infinito en mí. Mis pensamientos comienzan a enfocarse y estoy presente en este momento, apreciando todo su potencial. El estrés y la preocupación desaparecen. En este estado de calma, sé que todo está bien. Soy uno con el Dios viviente, no me distraigo con lo que está "allá afuera" y siento paz por lo que ocurre "aquí adentro". Estoy despierto, consciente, y soy bendecido.

¡Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente! —1 Crónicas 16:11

Viernes
9 de abril del 2010

Orden divino


Mi vida está en orden divino.

Cuando afirmo que el orden divino está establecido en mi vida, reconozco mi unidad con el principio del orden y de la armonía. Al abrir mi mente y mi corazón a la sabiduría divina, establezco la base para el orden en mi vida. Quizás me sienta guiado a una acción específica, a crear algo nuevo o tal vez encuentre la solución a una situación retadora que antes no pude imaginar.

Al darme cuenta de que vivo en un mundo de orden y armonía, no permito que las contrariedades me afecten. Miro más allá de las apariencias caóticas al orden divino subyacente; mantengo la calma y la serenidad. Tengo fe en que mi vida está en el camino correcto y que todo está en orden divino.

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera. —Isaías 26:3

Sábado
10 de abril del 2010

Libre


Estoy vivo con la libertad del Espíritu.

Me pregunto, ¿qué aventuras me esperan hoy? ¿Qué lecciones aprenderé al abrir mi mente y corazón a Dios? Al pensar en esto y en las posibilidades infinitas, tengo una nueva sensación de libertad y una mayor expectativa. Soy libre para aprender todo lo que deseo aprender, para disfrutar del bien ilimitado, para explorar avenidas nuevas hacia el éxito, la prosperidad y la salud. Soy libre porque el espíritu de Dios vive en mí y se expresa por medio de mí.

Al sentir esta libertad en mí, mantengo pensamientos de libertad por los demás. El Espíritu de Dios está en cada uno de nosotros, proveyendo sabiduría, claridad e inspiración. Con fe, amanezco cada día sabiendo que estoy vivo con la libertad del Espíritu.

Vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados.—Gálatas 5:13

Domingo
11 de abril del 2010

Paz interna

La gracia y el amor divinos me llenan de paz.

Dondequiera que estoy, está Dios. Estas palabras afirman la gracia y el amor divinos. Ellas proveen la seguridad de la presencia eterna de Dios y son una oración efectiva en cualquier momento que necesite sentir paz interna.

En este estado bendecido de sosiego puedo enfrentar cada día con confianza y fe. Al enfocarme en la presencia moradora de Dios, siento paz y seguridad.

Cualquier pensamiento inquietante se disipa con simplemente recordar y afirmar la verdad: Dondequiera que estoy, está Dios. Dicha afirmación me fortalece, calma mi mente y me permite abrir mi corazón a la gracia y el amor divinos. En la presencia de Dios, siento serenidad y paz.

Haré con ellos un pacto de paz; ... y pondré mi santuario entre ellos para siempre.—Ezequiel 37:26

Entre dos seres humanos solo puede haber amor y paz. En la mayoría de las culturas y religiones, se habla en el ser humano como formando una hermandad. Científicamente hablando, somos todas una sola especie. Esta conciencia debe ser desarrollada y profundizada. No importa si este ser humano es mi compañero de oficina, mi madre o padre, en esencia, somos todos hermanos y, como tal, debe haber amor y paz dentro de cada corazón, unos por los otros.
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